El Tenerife va lanzado y está en estado de gracia. Gana, aun, cuando padece y juega mal. El Albacete le daba un señor repaso tras disputarse 20 minutos y los blanquiazules marcaron dos tantos con poquísimo. El primero, del mejor local de el día de ayer, Enric Gallego, que anotó de penalti. El segundo de Roberto López tras una buena jugada colectiva. Hasta el agremiado se empeñó en bogar en favor del cuadro local.

Anuló al equipo manchego un gol por falta sobre Soriano que, claramente, parecía legal. A instancias del VAR, Fuentes Molina decidió no dar valía al tanto. Así, el Tenerife sumó su cuarta victoria y se sostiene en cuarta situación en la clasificación.

El Albacete brincó al campo mandón y con una presión alta que ahogó a un Tenerife que tuvo inconvenientes para salir de atrás.

Los primeros síntomas de que los locales no estaban ni frescos ni metidos en el partido fue la amarilla que Sergio vio en el 9, tras una entrada por detrás. En el 13 Gallego asimismo sería reprendido.

Y el primer susto que se llevó el Heliodoro llegó en el minuto 10. Se quedó clavada la zaga tinerfeña y Escriche, en un remate en plancha, se encuentra con un Soriano que se agrandó en su meta para impedir que los manchegos se adelantaran en el marcador.

Los malos augurios visitaron las gradas chicharreras, mas el futbol es tan grande como en ocasiones incomprensible. En el minuto 17 Gallego adelantó a su equipo desde el punto de penalti. Riki cometió una muy, muy clara falta en el área tras trabar a un eléctrico Luismi. No vaciló el agremiado, Fuentes Molina, y Enric marcó frente a un Bernabé que prácticamente sorprendió.

Pese a que el Tenerife se adelantara en el marcador, los de Garitano prosiguieron siendo un manojo de nervios y el Albacete estaba encorajinado.

Los de Rubén Albés volvieron a coger en harapos menores a los locales. Agus Medina se lanzó a por todas y cada una ante Soriano para marcar el empate. Tanto ímpetu le echó el jugador visitante que cometió falta sobre el meta tinerfeñista. Así lo comprendió el trencilla tras repasar el monitor del VAR. El tanto no subió al marcador frente al estupor del ‘Alba’.

Curiosamente ese no gol dio alas a los de Garitano, que se desinhibieron. Medrano se puso el sombrero de mago para dar un pase antológico a un Gallego que no pudo superar a un Bernabé que desvió a córner.

Esa acción sería el aviso de lo que pasaría ahora. Los atacantes locales se pusieron a inventar y tras una refulgente jugada colectiva, Roberto López se plantó ante Bernabé para cruzar y marcar el segundo del partido. Exactamente los mismos que lleva en su cuenta personal el jugador maño. Ahora sí, por fin la hinchada chicha respiraba con determinada calma.

Pese a los 5 minutos de extienda, el partido murió con el tanto de Roberto.

La segunda parte arrancó con una novedad importante: se quedó en la caseta Sergio, con tarjeta amarilla, y entró, comenzando con la camiseta tinerfeña Yann Bodiger.

El Albacete comenzó el segundo acto con más calma. Procuró que sus ataques fuesen más elaborados y no tan alocados. Eso justamente le faltaba al Tenerife, que cuando tenía el balón deseaba ser demasiado vertical y se precipitaba.

El balón era del club manchego, como en la primera parte.

Y más que iba a ser desde el minuto 60, cuando Garitano movió el banquillo nuevamente para pasar a una línea de 5 atrás. Mellot, que relevó a Luismi, se incrustó en el centro de la defensa al lado de Amo y a León.

En el 70 el Albacete tuvo una doble ocasión de marcar. En la primera, Soriano saca una mano abajo que rechaza el remate de Quiles. El córner termina en un remate sobre el travesaño, para alivio local.

Manu Fuster asimismo probó fortuna ahora, con un disparo desde la frontal que pasó rozando el palo largo de la meta insular. Por el momento, la defensa de 5 hacía aguas.
Garitano reaccionó y metió en el campo a Mo Dauda y a Teto. Se fueron vitoreados Waldo y Roberto. El Tenerife pasó a dibujar un 5-4-1 sobre el terreno de juego.

En el último cambio local, Ángel le dio un justo reposo a Gallego. En los últimos minutos, el Tenerife manejó bien el partido y no pasó apuros para sumar su cuarta victoria del curso.