El Tenerife aguanta el resultado y se hace con la victoria ante el Albacete (1-0) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

El Tenerife de Ramis es así, como el que venció este domingo. Realmente es más que eso, mas su esencia reúne todos y cada uno de los razonamientos que puso en práctica para superar a un aspirante a disputar la promoción de ascenso como el Albacete. Fue de nuevo el leal reflejo de aquellas tardes que le fueron acercando al pasado playoff. Un equipo con recursos para merecer el gol y sujetarlo –esta vez, de penalti–, y, sobre todo, solidario en los sacrificios y capaz de resistir y preservar su ventaja.
Tan simple y tan efectivo como eso, un Tenerife ganador cuando está fino e inspirado, cuando tiene la maquinaria aceitada. El reflejo y, asimismo, la verdad de un equipo que ha ido volviendo a su camino poquito a poco. Por el hecho de que es un camino de más conocido. La duda está en si llega tarde o no, si la ráfaga de 8 jornadas que lleva sin dejar de sumar –14 puntos de 24– es algo más que un pasaporte cara los puestos apacibles de la clasificación.

A falta de contestaciones en un medio plazo, valen las que salen de partidos como el de este partido. De entrada, el arranque ya fue prometedor. El Tenerife salió decidido y no tardó en educar sus cartas. Solamente iniciar, balón largo dirigido a Romero, un generador de riesgo incesante, e insistencia por un carril derecho explorado asimismo por Mellot. El equipo blanquiazul empezó mandón, presto a domesticar el partido desde el primer minuto frente a un Albacete que, tal y como si hubiese admitido ese guion, aguardaba con orden su instante sin descomponerse. Es un contrincante con confianza, de los mejores que han pasado este curso por el Heliodoro, lanzado por unos números que lo ubicaban como el líder de la segunda vuelta, un aspirante inopinado a meterse en la promoción de ascenso. Le sobraban razonamientos para no tenerle temor al balón, para plantarle cara a un contrincante despierto y vertical.

Así transcurrió el tramo inicial. El Tenerife, muy activo, presionaba con acierto y ganaba metros sin mirar por el retrovisor. De esta manera favoreció el primer remate. Mellot taponó y forzó una pérdida que Garcés convirtió en un pase a Waldo, cuyo tiro salió desviado. A continuación fue Maikel el responsable de responder con un tiro raso y centrado, simple para Soriano.

Eran rastros de que el duelo iba a ser entretenido. La cosa prometía. Yel espectáculo no degeneró. En verdad, el Tenerife fue a más y consiguió su recompensa. Con la constancia, el gol podía llegar de cualquier forma. Fue de penalti. Glauder derruyó a Gallego en el área, tras un centro de Waldo, y el árbitro dirigió su brazo a los once metros. No lo vaciló. Tampoco lo hizo Enric en la ejecución. No engañó a Bernabé, mas aproximó el balón a la escuadra (12’).

Premio para un Tenerife superior, ambicioso, un equipo que no se iba a conformar con el 1-0. Subido a la ola, aprovechó el impulso del gol para enlazar una llegada tras otra por las dos bandas y cerrar todas y cada una de las jugadas con remates, no siempre y en toda circunstancia bien dirigidos mas remates al fin y al cabo:Waldo (14’), Jurado (14’), Nacho (15’), José León (17’)... Había que probar fortuna, intentar dar un segundo golpe.

Mas con todo esto, el Albacete jamás tuvo la pinta de ser un contrincante derrotado. Enseguida se apropió del balón, quizá con la complicidad de un Tenerife afligido por agruparse y asombrar con zarpazos al contragolpe que ya podían ser terminantes. Alos visitantes les tocó aceptar otro papel, de conjunto dominante, con una mayor propuesta futbolística. Y la verdad es que no se sintieron incómodos. Si había que tocar, se tocaba. De esta manera, Dubasin le metió el temor en el cuerpo a la afición tinerfeña con un remate de cabeza en el 22’. Al rato fue Maikel quien lo procuró con una volea a media vuelta desde la frontal del área. Punto por punto, la escuadra manchega fue medrando con un juego veloz y vertical, volcado por instantes cara el lado derecho, donde Nacho comenzaba a pasarlo mal con el carrilero Álvaro y el atacante Dubasin. Para colmo, a esas alturas, tanto el lateral izquierdo como los dos centrocampistas locales, Aitor Sanz y José Ángel Jurado, habían recibido tarjeta amarilla. No iba a ser tan simple. El 1-0 proseguía siendo un tesoro.

Tras el paso por la media hora, lo que había comenzado siendo un repliegue recomendable, terminó convirtiéndose en un ejercicio de supervivencia, por el hecho de que el Albacete se hizo claramente con el control en camino al reposo y probó a un Tenerife que hizo lo que pudo para soportar.

El beneficio de los blanquiazules, esta vez de rosa, está en que saben lucir el traje de sufridores. Y Ramis es el primero en cuidar el menor detalle a sabiendas de que prevenir es mejor que sanar. Por eso, en el intermedio, quitó del campo a dos jugadores que estaban reprendidos, Nacho y Aitor, organizó la defensa con Buñuel por la derecha y Mellot por la izquierda y puso a Javi Alonso como pareja de Jurado.

La pauta a continuar estaba clara:que no ocurriese nada reLevante en el área propia y, si era posible, se pisase la contraria con opciones de marcar. Pues el balón fue de un Albacete con buenas pretensiones, mas que se fue apagando con el tiempo. Su posesión no se tradujo en una alta producción ofensiva. La prueba está en que su primer remate en el segundo tiempo se generó en el minuto 79, y no fue nada inquietante, de Riki por alto, fuera. En cambio, el Tenerife había justo el segundo tanto. Lo hizo merced a un jugadón de Waldo por la banda derecha. Se fue de dos defensas y conectó con Garcés, que mandó el balón demasiado alto con todo a favor (61’). Pese a la ocasión desperdiciada, el plan iba saliendo.

Lo más interesante, dado ese escenario, estaba en que al Albacete le iba costando poco a poco más hallar grietas en el armazón protector tinerfeño. Rubén Albés aplicó otras fórmulas, mas los relevos no alteraron esa tendencia conveniente a un Tenerife que se iba haciendo fuerte, en el que las ayudas eran permanentes, en el que Juan Soriano anulaba la opción alternativa del juego directo por alto...

Ya solo quedaba la recta final, una etapa en la que el Albacete puso todo cuanto le quedaba para eludir la derrota. Ahí, ya en el extienda, el meta Sevillano capturó un remate de cabeza de Carlos Isaac y, a continuación, Escriche no acertó orientar una acción ofensiva afín. Lo peor ya había pasado y el Heliodoro, aliviado, comenzó a festejar bajo la lluvia un resultado cargado de aspectos positivos que acerca al Tenerife a lo que hubo de ser desde agosto. La próxima prueba, Los Cármenes.

TiroAlpalo