Goleada bajo la lluvia del Huesca, que vale para salir de descenso (0-3) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

El Huesca venció en Anduva al Mirandés (0-3) y salió del descenso en un partido donde el cuadro visitante fue de menos a más y ejecutó un plan de partido inusual en el que apenas un minuto le sirvió para ponerse 0-2. Sielva puso la guinda con un disparo de falta directa. Por su lado, el Mirandés se mete de lleno en la lucha por evitar el descenso tras perder 4 de los últimos 5 partidos.

Los primeros acompases del choque hicieron patente la apuesta conservadora de los dos conjuntos, que no deseaban arriesgar de más. El primer acercamiento, si bien intrascendente, llegó por la parte del Mirandés a causa de un centro al corazón del área despejado por Jorge Pulimentado, imperial al salir para desvanecer el riesgo local. A los 5 minutos, una pared en el borde del área entre Ilyas Chaira y Carlos Martín provocó la caída en el área del extremo, mas solo sirvió a fin de que el agremiado Orellana Martínez le llamase la atención al marroquí a fin de que no volviese a procurar simular.

La primera ocasión de auténtico riesgo la iba a protagonizar la SD Huesca a través de Gerard Valentín que, en una de sus marcas de la casa, birló el balón en campo contrario y percutió hasta en el área contrincante, donde optó por el disparo cruzado que se fue a escasos centímetros de la puerta protegida por Juan.

Los locales respondieron con un centro de Martínez que repelió Álvaro. Ilias, que aguardaba en el segundo palo, recogió el rechace y volvió a poner el balón en el área pequeña, mas la zaga altoaragonesa despejó sin incidentes. En ese instante, Ilias, frustrado por desperdiciar la ocasión, asestó un balonazo a uno de los carteles promocionales, por lo que vio la primera amarilla del choque. Una cartulina condicionada, probablemente, por haber intentado mentir al árbitro con una caída anterior en el área.

Volvió a informar el Mirandés a través de un centro de Mendes, mas Álvaro se lanzó al suelo para recortar la trayectoria. El punta jabato, Nino La Gumina, ya se relamía en el área pequeña, mas estuvo lejos de poder conectar con el balón. Más tarde, Jérémy Blasco vio la amarilla la tras un agarrón a Martín en el medio del campo.

Desde el ecuador del primer tiempo, la SD Huesca se había hecho con el dominio del balón. Poco después, pasada la media hora, llegó la acción de riesgo más clara, y con mucha diferencia. Sielva botó un córner algo pasado, mas Blasco consiguió tocar el balón para dirigirlo al primer palo, donde apareció Loureiro que, en el área pequeña y en clara situación de gol, golpeó a puerta. No obstante, ahí se hallaba el ariete del Mirandés Nino La Gumina, que despejó el balón a escasos centímetros de la línea de gol.

El conjunto de Noble ralentizó el ritmo del choque en los últimos minutos de la primera mitad, continuando con la apuesta de llevar la iniciativa mas midiendo el peligro continuamente. Los diez minutos que quitaban finalmente el primer tiempo no ofrecieron ninguna acción destacable para ningún equipo.

El primer acercamiento del segundo acto lo protagonizó Elady, que enganchó un disparo desde el pico derecho del área. El esférico no alcanzó la potencia precisa para asombrar a Juan, que blocó. Poco después, Gerard Valentín vio tarjeta amarilla tras protestar coléricamente una estricta falta señalada sobre Jonathan Gómez.

En la próxima acción, un pase entrelíneas de Kortajarena dejó solo frente al meta local a Hugo Vallejo. El extremo cargo la pierna a pocos metros del área pequeña, mas el disparo se fue rozando el travesaño. El Huesca había desperdiciado una muy clara ocasión, la más clara hasta el instante. Era el reflejo de lo que es la época para el cuadro altoaragonés. Llegar con clarividencia y fallar.

Inmediatamente después, Javi Martínez probó suerte con un cañonazo desde la frontal del área, mas el balón se fue, por poquísimo, sobre la cruceta de la portería visitante. El cuadro de Noble había aumentado la marcha, apretaba y ahogaba desde la presión en campo contrario al Mirandés. Mas, un partido más, faltaba lo que más cuesta hacer llegar: meter el balón en la portería contraria. Seguidamente, iba a llegar la tercera ocasión manifiesta de gol para los aragoneses a través de un centro raso de Elady que recorrió el área pequeña contrincante de lado a lado, mas ningún atacante con la cruz de San Jorge consiguió contactar con el cuero.

El Huesca lo merecía e iba meridianamente a por el gol, hasta el momento en que llegó. Y de qué forma. Ignasi Vilarrasa botó un saque de esquina que no llegó a tocar ninguno de los futbolistas, y el balón se introdujo en la portería local, lo que significaba el cuarto gol de la época para el lateral catalán. Era el gol olímpico que le faltaba y, aquello no iba a favorecer otra cosa que una mayor ambición en los futbolistas de Antonio Noble, que no dejaron de pisar el acelerador. En la próxima jugada, el zaguero jabato Pablo Ramón ejecutó un poco afortunado pase en campo propio que se quedó cortísimo. Elady se ocupó de recogerlo, y se plantó solo frente al meta local.

El jienense decidió aguardar a Hugo Vallejo a fin de que fuera el nazarí quien empujase el esférico, mas, en el pase, el jugador cedido por el Tenerife se aprovechó del rebote y, no sin fortuna, fue mismo quien mandó el balón en el fondo de la red. Un minuto de insensatez -y no sin aviso previo- que fue suficiente para poner una brecha notable en el marcador y preocuparse el resto del choque por administrar el marcador.

Deseaba más el Huesca frente a un Mirandés anestesiado y sin capacidad de reacción. En el 70, Kortajarena disparó desde fuera del área, obLigando, una vez más, a la intervención de Juan. Lachuer respondió con un disparo desviado desde veinte metros que se fue sobre el marco de Álvaro. Entonces, y con la idea de supervisar el marcador, se retiraban del terreno de juego Kortajarena y Gerard Valentín y entraban en sus situaciones Hashimoto y Nieto.

Jonathan Gómez procuró recortar distancias con un golpeo desde el pico derecho del área, mas acabó marchándose un par de metros desviado de la portería del Huesca. Los alumnos de Noble dejaban que el partido muriera poquito a poco en los últimos acompases de una segunda mitad sobresaliente, como pocas en los 28 partidos disputados de Liga. A la carga volvió Hugo Vallejo con una internada desde el costado izquierdo, y el ex de la Ponferradina consiguió provocar una falta peligrosa a unos veinte metros de la portería visitante.

Obviamente, era Óscar Sielva quien se disponía a pegarle a puerta. Y qué brutalidad. El mediocentro de Olot mandó el cuero pegado al palo derecho de la portería, superando a la barrera por alto y provocando el bote del balón inmediatamente antes de se introdujese en la portería del Mirandés. Un disparo con música y precisión por parte iguales que significaba la sentencia y consumaba de las mejores mitades del Huesca en toda la época.

La única ocasión manifiesta de gol para el cuadro local no llegó hasta el minuto 95, en el momento en que un pase de Carlos Martín dejó a Lautaro de León en situación de golpeo en el área. El arete deseó ajustar el cuero tanto que que el mandó se encontró con la madera. El gol terminó resistiéndose al cuadro dirigido por Alessio Lisci, que cedió frente a un nivel de categoría mostrado por la SD Huesca.

Los altoaragoneses probaron ser capaces de exhibir un juego superior frente a un contrincantes que se mete de lleno en la riña por eludir el descenso. Solo queda sostener la puntería de cara a puerta para hacer desaparecer el déficit que se está cebando con el conjunto oscense a efectos de la clasificación.

TiroAlpalo