Y Villalibre marcó el penalti que propicia el ascenso del Alavés (0-1) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Asier Villalibre llegó a Vitoria como cedido en el mercado de invierno. Fue un buen complemento para el equipo vitoriano, con 5 tantos en los minutos que jugó, mas en la noche valenciana le llegó la ocasión de ganarse el recuerdo perpetuo de la afición alavesista. Fue en el descuento de la prórroga, en la última jugada, tras un córner en el que subió el portero alavesista a la agobiada. Salió el balón rechazado, y en el último momento, la pelota golpeó en la mano de Pier. Tras múltiples minutos de suspense, el árbitro asistió al VAR. Vio la jugada y apuntó penalti. Con calma asombrosa, Villalibre lanzó, engañó a Femenías y llevó a su equipo a Primera.
El Alavés no tenía otra alternativa que ganar, así que Luis García Plaza decidió que jugasen juntos Miguel y Villalibre, dos delanteros que se acostumbran a alternar. No le quedaba otra al técnico del equipo vitoriano, que planificó un partido al ataque, o al menos, cerca del área del Levante. Calleja se lo tomó con más calma, tal y como si los nervios lógicos en un partido tan trascendente, en el que sus futbolistas atravesaron a pie el corredor entre los apasionados al entrar al estadio, no le estuviesen comiendo por la parte interior. A su equipo le bastaba con aguardar, que no es exactamente lo mismo que atrincherarse cerca de Femenías.

Procuraba hurtar el Levante, oxigenaba su futbol buscando en la izquierda a De Frutos, y eso molestaba al Alavés, que con la pelota en los pies incitaba la vía veloz mediante Alkain y su conexión con Guridi, mientras que Villalibre se convertía en una roca cuando recibía de espaldas y abría a las bandas.

Fue el punta vizcaíno el que tuvo la primera opción en un balón que le cayó de las nubes. Enganchó el disparo y se le fue alto. Contestó Bouldini de cabeza en un córner y después una contra del Alavés con Miguel De la Fuente, que perdió fuelle al entrar en el área. Por instantes, el Levante tomaba la iniciativa y amedrentaba Montiel cuando tenía espacios para disparar, mas los centrales alavesistas, atentísimos, se las ingeniaban para tapar los huecos.

La mejor de la primera parte la tuvo el Alavés, en una dejada de Villalibre a Duarte, que con un centro envenenado desconcertó a la zaga granota, se paseó por el área pequeña y el remate sin ángulo de Tenaglia lo sacó Pier con el cuerpo, ya antes de chocar con el poste. El Alavés inclinaba más el partido cara su lado, mas sus sacrificios se estrellaban contra la aparente calma local.

Pasó lo mismo en el inicio de la segunda parte. Solamente arrancar, el equipo vitoriano le dio un susto enorme al Levante cuando Miguel halló el espacio para correr y el hueco para disparar. El rechace de Femenías le cayó a los pies a Rioja, en una situación ideal para poner a su equipo por delante, mas nuevamente apareció el meta para salvar a su equipo.

Insistía el Alavés en el área local, y Villalibre tuvo el gol en un remate de cabeza que se le fue altísimo tras un centro de Alkain. Con el cansancio reflejado en el semblante de los futbolistas, en la mayor imprecisión en sus acciones tras un juego intenso, los espacios se abrieron para los dos equipos, y con el Alavés lanzado en busca del gol del ascenso, el Levante pudo sentenciar para su bando en un zurdazo de Montiel en el que Sedlar metió el cuerpo para despejar, y en un contragolpe de Soldado, que disparó demasiado cruzado. Mas en el intercambio de golpes, el Alavés disfrutó de la ocasión más clara del partido, en una desatención protectora local, que le dejó a Rebbach buscar el disparo, que se fue fuera por poquísimo.

Mas el marcador no se alteró en los 90 minutos. 180 en suma a fin de que ninguno de los dos equipos logró marcar. Quedaba la prórroga, y la obLigación era del Alavés, que debía jugar un partido de media hora para lograr el ascenso. Para el Levante eran treinta minutos más de sufrimiento.

Y además de esto se fue sin premio. Llegó el penalti en el último suspiro, cuando lloraban los seguidores alavesistas en la grada. Apareció Villalibre, apacible como siempre y en todo momento y llevó al Alavés a Primera. “Ha salido perfecto”, confesó el delantero.

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