No es el descenso matemático por el hecho de que aún quedan 16 jornadas por delante y 48 puntos en juego, mas sí que es virtual. El gol de Sergi Darder, en el minuto 92, que dio el triunfo al Espanyol, significa un golpe mortal para el conjunto ilicitano, que despilfarró las recónditas posibilidades de permanencia que aún tenía.

Los franjiverdes prosiguen hundidos en el último puesto de la clasificación, a 13 puntos de la salvación y la misión es ya prácticamente imposible. Había esperanzas de ganar al Espanyol y situarse a 9. El equipo de Machín, por juego y ocasiones de gol, mereció la victoria. No obstante, el encuentro contra los pericos fue el leal reflejo de lo que es el Elche en esta desilusionante temporada del Centenario.

Falta de calidad y acierto en ataque y en defensa. Encima, todos y cada uno de los detalles se vuelven en contra suya. Una expulsión cuando el choque entraba en su fase definitiva. Y en el tiempo de prolongación, el Espanyol, que apenas había intranquilizado la portería de Edgar Badia en toda la segunda parte, halló el premio en una jugada poco afortunada de la defensa franjiverde. Helibelton Palacios, que estaba completando un buen partido, no pudo frenar a Darder. Roco, que salió a la ayuda, se resbaló y el mejor jugador perico sacó a resplandecer su calidad y enganchó un perfecto disparo, que se coló por toda la escuadra de la portería de Edgar Badia.

En ese instante se hizo un silencio sepulcral en las gradas del Martínez Valero. Los más de 18.000 apasionados que habían acudido al encuentro, con la ilusión de ver ganar a su equipo, por segunda vez en la presente temporada, despertaron de su sueño. Se quedaron sin capacidad de reacción y eran siendo conscientes de que había sido el golpe terminante en el triste camino cara la Segunda División.

En lo alto del fondo norte del estadio, los cerca de quinientos de seguidores espanyolistas lo festejaron por lo alto. Habían sufrido a lo largo de todo el choque viendo la superioridad del Elche, se temían lo peor y los 3 puntos son una enorme bombona de oxígeno para respirar más sosegado y distanciarse de la zona roja de la clasificación. Tuvieron el detalle de cantar «El Elche es de Primera» al final del encuentro.

Resignación es la palabra que resume el sentir de la afición del conjunto ilicitano. Ni aplausos de ánimo, como en otros partidos, ni reproches. Fue una mazazo demasiado duro y todos son siendo conscientes de que la situación del equipo ya es irreversible.

Ni efectuando el mejor partido de la época a nivel ofensivo le dio al Elche para ganar. Hasta 30 centros al área, 15 disparos a puerta, 5 paradas de Pacheco, que fue escogido el mejor jugador del encuentro.

Eso fue en el global del lance. El primer tiempo fue el primero del ranking de esta temporada en remates, ocasiones, acciones en el área contrincante y posesión del esférico.

Son datos estadísticos que, en otra situación, podrían valer para levantar la ética y cobijar esperanzas de cara al futuro. Mas dado la situación del conjunto ilicitano sirven de poquísimo, por el hecho de que lo único que calidad era ganar.

Mascarell en una jugada ensayada de saque de esquina remató solo de cabeza y el balón salió desviado. Ponce tuvo una clarísima, asimismo en un remate de cabeza y, entonces, en un disparo que salió demasiado cruzado. El argentino estuvo negado y en la segunda parte tuvo otra ocasión. Acabó agobiado y reemplazado.

Gumbau lo procuró en múltiples ocasiones en disparos lejanos. Helibelton Palacios tuvo otra. Fidel y Mascarell asimismo disfrutaron de rutas ocasiones. Hasta en una jugada embarullada de la segunda parte, tras un saque de esquina, los franjiverde tuvieron hasta 3 ocasiones de rematar y no acertaron con la portería.

Demasiado disculpar y, como acostumbra a suceder, al final se paga.

El Espanyol halló un premio que no mereció. Es verdad que en el principio del encuentro tuvo dos clarísimas de Braithwaite y otra de Denis Suárez, que salvó Roco en la línea de gol. En el segundo tiempo, hasta el gol en el minuto 92, solo se aproximó a la meta de Edgar Badia en un disparo cruzado de Puado.

El empate parecía un mal menor. No obstante, a can flaco todo son pulgas. En el minuto 81, Carmona, que estaba demasiado pasado de revoluciones y había visto una tarjeta diez ya antes, estuvo infantil y dejó el pie en el centro del campo, con el árbitro, el madrileño Del Cerro Grande, muy cerca. Le enseñó la segunda y lo expulsó. Puede ser un tanto minuciosa y se la podía haber ahorrado. Mas con el reglamento en la mano es justa.

El Elche se quedó con diez y se temía lo peor. El Espanyol vio luz a su flojo partido, en el que dio muchas comodidades protectoras, olió la sangre y fue a clavar la estocada terminante a los franjiverdes. En el tiempo de descuento la halló con la espléndida jugada individual y el enorme disparo de Darder.

Pablo Machín asimismo sale mal parado de la derrota. El preparador soriano no estuvo atinado en los cambios y los efectuó mal y tarde.

En la alineación inicial se confió al mismo equipo que dos jornadas ya antes había conseguido la primera victoria frente al Villarreal. La única alteración fue obLigada. Fidel por el lesionado Pere Milla, que se echó mucho de menos. Volvieron, como era de aguardar, Helibelton Palacios y Mascarell, tras cumplir sanción, y fueron de los mejores del equipo. Floté recobró la titularidad.

En el reposo, Pedro Bigas, cuya suplencia, la segunda sucesiva, sorprendió, reemplazó a Magallán, con molestias físicas. El argentino aún no está para dos partidos en 4 días.

El resto de cambios no los efectuó hasta los últimos minutos. Nteka por Ponce, en el 76. Pese a que el atacante argentino no estaba agraciado, al Elche le faltaba gol y Fidel ya estaba derretido. Carmona, que estaba prudente, se veía a la legua su posible expulsión. El Espanyol tenían una orificio en su carril derecho y, si bien Clerc estuvo adecuado, se echaron en falta los centros de Lautaro. Josan salió en el minuto 87 y jugó en la banda izquierda. Y Gonzalo Verdú en el 90 para actuar de mediocentro.

En fin, un cúmulo de circunstancias que, tristemente, abren las puertas de la Segunda División para el Elche.