Arrancó la Eurocopa Femenina y lo hizo con un partido que ya pasa a la historia del deporte por ser el encuentro de selecciones en una cita de esta clase con más espectadores. El teatro de los sueños se acicaló para la apertura del campeonato. Precedentes hay para todos, la última vez que este torneo se jugó en suelo inglés, lo ganó Alemania allí por el 2005. En el sitio en el que se ideó el futbol, tras el descalabro de Samspon en el 2017, se aferran a que el último vencedor fue un anfitrión.
Inglaterra empezó algo débil. Sarah Zadrazil tuvo la primera ocasión del partido para una Austria que no tuvo inconveniente en salir valiente. No obstante, Inglaterra fue medrando con el paso de los minutos y con dos Pelotas al área tuvo las primeras ocasiones a través de White y de una Lauren Hemp que apunta a ser una de las jugadoras de las próximas semanas.
Inglaterra se imponía en el partido y en las áreas. De una Pelota en profundidad a un desmarque de Beth Orinad favoreció una vaselina fantástica que acabó con la Pelota cruzando la línea frente a la salida de Manuela Zinsberger. Hubo cierto titubeo por el hecho de que una defensa austriaca estuvo cerca de eludir que el balón no entrase. Hasta tal punto llegó la duda que el VAR debió confirmar la resolución inicial de Marta Huerta de Aza.
Austria salió con exactamente el mismo brío del comienzo del primer acto. Un acercamiento en el minuto dos de la segunda parte hizo que Inglaterra volviera a reaccionar. La realidad es que, a pesar de dominar el partido, el cuadro local no acababa de especificar ocasiones claras. El choque se hallaba en esa zona peligrosa en la que puede pasar de todo. Y es que Inglaterra apunta a preferida. Tiene de todo para ganar la Eurocopa. Futbol, jugadoras y, como es lógico, un público que a priori va a contestar. Por lo que hay que demandarle como tal.
El partido no era bueno y Sarina Wiegman lo sabía. De ahí que superada la hora de juego introdujese 3 cambios en el partido. Ella Toone, Chloe Kelly, Alessia Russo entraron al césped en la mitad de un incesante y progresivo griterío de todos y cada uno de los apasionados que atestaron Old Trafford. Inglaterra ahí sí embotelló a Austria que, no obstante, proseguía viva en el partido.
Los minutos finales transcurrieron con algún acercamiento mas sin ocasión clara. La anfitriona se lleva el duelo inicial e inaugural frente a una Austria que probó su capacidad para molestar a sus contrincantes. La selección de Sarina Weigman dejó alguna sombra mas, al fin y a la postre se llevó los 3 puntos en un partido que va a pasar a la historia por los 68.871 espectadores que se dieron cita en el estadio del Manchester United superando el precedente récord de 41.301 en la final de 2013 en Solna.
Inglaterra se imponía en el partido y en las áreas. De una Pelota en profundidad a un desmarque de Beth Orinad favoreció una vaselina fantástica que acabó con la Pelota cruzando la línea frente a la salida de Manuela Zinsberger. Hubo cierto titubeo por el hecho de que una defensa austriaca estuvo cerca de eludir que el balón no entrase. Hasta tal punto llegó la duda que el VAR debió confirmar la resolución inicial de Marta Huerta de Aza.
Austria salió con exactamente el mismo brío del comienzo del primer acto. Un acercamiento en el minuto dos de la segunda parte hizo que Inglaterra volviera a reaccionar. La realidad es que, a pesar de dominar el partido, el cuadro local no acababa de especificar ocasiones claras. El choque se hallaba en esa zona peligrosa en la que puede pasar de todo. Y es que Inglaterra apunta a preferida. Tiene de todo para ganar la Eurocopa. Futbol, jugadoras y, como es lógico, un público que a priori va a contestar. Por lo que hay que demandarle como tal.
El partido no era bueno y Sarina Wiegman lo sabía. De ahí que superada la hora de juego introdujese 3 cambios en el partido. Ella Toone, Chloe Kelly, Alessia Russo entraron al césped en la mitad de un incesante y progresivo griterío de todos y cada uno de los apasionados que atestaron Old Trafford. Inglaterra ahí sí embotelló a Austria que, no obstante, proseguía viva en el partido.
Los minutos finales transcurrieron con algún acercamiento mas sin ocasión clara. La anfitriona se lleva el duelo inicial e inaugural frente a una Austria que probó su capacidad para molestar a sus contrincantes. La selección de Sarina Weigman dejó alguna sombra mas, al fin y a la postre se llevó los 3 puntos en un partido que va a pasar a la historia por los 68.871 espectadores que se dieron cita en el estadio del Manchester United superando el precedente récord de 41.301 en la final de 2013 en Solna.