Ceballos salva al Madrid de una crisis (2-3) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Dar al Madrid por fallecido es uno de los pecados capitales de la historia del futbol. Lo informó Ancelotti 24 horas ya antes de visitar la Porcelana. No es que sea un adivino, mas hay ejemplos más que suficientes, y muchos de ellos recientes, para no sepultar al equipo que mayor amor propio tiene.

Ayer por la noche, pese a un 2-0 en contra y una primera parte totalmente deplorable, volvió a resucitar, como en tantas ocasiones ha hecho, y se metió de forma refulgente en los cuartos de la Copa. Lo hizo merced a la llegada de Ceballos y Asensio, dos jugadores hasta el día de ayer infrautilizados por Carletto.

La primera incógnita de la noche era conocer qué novedades iba a meter el italiano tras la debacle del domingo en Riad. Una parecía clara, que era regresar al 4-3-3 frecuente y no reiterar los 4 centrocampistas de los partidos grandes. Valverde retornaba a la situación de interior y Rodrygo ocupaba el costado diestro. Asensio, otra vez, inmerecidamente suplente. No así Nacho, que las muchas bajas en defensa le llevaron al once titular para ocupar un lateral derecho contusionado por completo con las bajas de Carvajal y Lucas.

Lo que no cambiaron fueron los orificios protectores y los fallos individuales. No habían pasado ni 4 minutos y Capoue ya había puesto el balón en la red de Courtois. El interior francés recibió en el área, sin oposición ninguna, y pese a su situación algo escorada soltó un latigazo a la escuadra. La historia se repitió en el 42. Otra vez Moreno, asistente en el 1-0 y excelente en el juego de espaldas, dejó en patentiza al entramado protector del la capital de España. Con 3 jugadores encima, filtró un pase por el carril central del área a fin de que Chukwueze, sin oposición ninguna, batiese a Courtois con la zurda.

Entre medias de los dos tantos, el la capital española dejó 3 buenas ocasiones con falta de calidad en la finalización. Un derechazo de Mendy, atajado por Jorgensen; un inocente disparo de Rodrygo, repelido por el pie de Pau, en el que el brasileiro tenía una clara situación de gol; y un mal golpeo de Valverde, tras una internada de Mendy en la que asistió al uruguayo, que con el interior de su bota derecha la mandó sobre el travesaño. Tampoco en el intercambio de golpes, especialidad de la casa, conseguía ser superior el la capital española.

Como en el partido de Liga de hace un par de semanas o en el tradicional del pasado domingo, los blancos volvían a perseguir sombras. Presión desorganizada, fuera de tiempo y sin intensidad, medio de proliferación para el futbol de asociación del Villarreal, que con la pelota es un equipo de sumo talento. Parejo siempre y en todo momento recibía el balón y se viraba sin madridista a su lado, ni tan siquiera cerca de ello. Baena y Capoue entraban por los corredores interiores como por los de su casa. Nacho y Militao achicaban aguas por doquier. Y absolutamente nadie, nadie, pegaba un grito de saña. Caras de frustración, quejas de impotencia y Ancelotti masticando chicle más fuerte que jamás, resignado. Tampoco consiguió Camavinga irse al reposo sin amarilla, como en él es costumbre. Un partido más, el francés vio cartulina a lo largo de la primera mitad, esta vez por un claro agarrón a Capoue en el comienzo de un contragolpe por la parte de los castellonenses.

La remontada del Madrid tuvo como feto una doble lesión de los de Setién. Tras el reposo, Albiol ya no salió del vestuario por inconvenientes musculares. Foyth, kryptonita para Vinicius, asimismo se debió marchar por exactamente la misma enfermedad, solo 6 minutos tras la reanudación. Dos piezas esenciales en el engranaje protector del Villarreal, cuyos repuestos —Cuenca y Mandi— suponían una evidente pérdida de calidad, al que se le unió un bajonazo físico en los locales y la rebeldía de ese animal herido que era el la capital de España, como Setién ya preavisó.

Las entradas de Asensio y Ceballos fueron el otro clic en el cambio cara. Kroos y Rodrygo se fueron airados al banquillo, y hasta Ancelotti debió reprochar al brasileiro su actitud en el cambio, mas la realidad en que Carletto agitó el árbol con acierto. Tirotear y utreano dieron desborde, piernas y verticalidad, y entre los dos voltearon la eliminatoria. En el 57, Ceballos asistió a Vinicius, que con el interior de su bota derecha batió a Jorgensen. 12 minutos después, en el 69, un centro del ‘19’ blanco, rematado en primera instancia por Benzema lo terminó remachando a la red Militao. En el 86, los dos le pusieron el nudo a su exhibición. Asistencia de Asensio para Ceballos y este, desde el punto de penalti, sacó el palo de golf y la puso pegada al palo. Golpe de autoridad del Madrid y de realidad para Ancelotti, que tiene más plantilla de la que se ha imaginado en las últimas semanas.

TiroAlpalo