Un doblete de Rodrygo para poner la guinda a la eliminatoria (0-2)

Sin alardes, a medio gas y con un Rodrygo vestido de 'Cristiano Ronaldo', el Real Madrid remató el trabajo en Stamford Bridge (0-2) y se clasificó a semifinales de la Liga de Campeones frente a un Chelsea que volvió a desprender una ausencia de gol espantosa. No fueron inferiores los 'Blues', mas su ineficacia de cara a puerta, al lado de un Thibaut Courtois magnífico y un Rodrygo estelar, acabó por amputar sus pocas opciones frente a un Real Madrid lejos de la brillantez de las remontadas a las que ha habituado en las vueltas europeas.

Esta vez no fue una exhibición ni un camino. Fue una muestra de que el Real Madrid en ocasiones sabe jugar con el resultado y defenderse. Contentarse con el marcador hasta el momento en que brota la ocasión. Hasta el momento en que la pelota llega a las botas de Rodrygo a media hora para el final y este ejecuta al Chelsea con celebración a lo Cristiano incluida.

Y poco más. Descafeinado, visto el historial de los blancos en Europa, mas efectista. Pues la historia podría haber sido diferente si el visor del Chelsea, ese que lleva estropeado toda la campaña, por una vez hubiese apuntado a las redes.

N'Golo Kanté, como estandarte de una alineación formidablemente protectora por la parte de Frank Lampard, que trató de remontar un 2-0 con 5 defensas, mandó al limbo la ocasión que podría haber alterado el rumbo de todo. La pelota le cayó fallecida en el punto de penalti y su disparo con la zurda -su pierna menos buena- se fue lejos de la portería de Courtois. Mala suerte, por el hecho de que el balón conveniente le cayó al jugador con menos gol.

Historia que se repitió en el ocaso de la primera mitad. Un jugadón de Reece James, exhausto todo el encuentro, acabó con un pase al segundo palo que Cucurella, miedoso de pegarle de primeras, controló. El de España se confundió, dio tiempo a Courtois a reaccionar y este sacó el disparo a quemarropa. Cucurella se confundió en la ida, provocando la expulsión de Chilwell, y volvió a fallar en la vuelta.

Esta vez no fue una exhibición ni un camino. Fue una muestra de que el Real Madrid en ocasiones sabe jugar con el resultado y defenderse. Contentarse con el marcador hasta el momento en que brota la ocasión. Hasta el momento en que la pelota llega a las botas de Rodrygo a media hora para el final y este ejecuta al Chelsea con celebración a lo Cristiano incluida.

Y poco más. Descafeinado, visto el historial de los blancos en Europa, mas efectista. Pues la historia podría haber sido diferente si el visor del Chelsea, ese que lleva estropeado toda la campaña, por una vez hubiese apuntado a las redes.

N'Golo Kanté, como estandarte de una alineación formidablemente protectora por la parte de Frank Lampard, que trató de remontar un 2-0 con 5 defensas, mandó al limbo la ocasión que podría haber alterado el rumbo de todo. La pelota le cayó fallecida en el punto de penalti y su disparo con la zurda -su pierna menos buena- se fue lejos de la portería de Courtois. Mala suerte, pues el balón conveniente le cayó al jugador con menos gol.

Historia que se repitió en el ocaso de la primera mitad. Un jugadón de Reece James, exhausto todo el encuentro, acabó con un pase al segundo palo que Cucurella, miedoso de pegarle de primeras, controló. El de España se confundió, dio tiempo a Courtois a reaccionar y este sacó el disparo a quemarropa. Cucurella se confundió en la ida, provocando la expulsión de Chilwell, y volvió a fallar en la vuelta.

TiroAlpalo