El Manchester United y el Rayo Vallecano empataron (1-1), con sendos tantos en la segunda mitad del marfileño Amad Diallo para el equipo inglés y de Álvaro García para el madrileño, en el amistoso que supuso la vuelta de Cristiano Ronaldo a Old Trafford tras expresar su deseo de irse del conjunto británico. El encuentro tuvo desde el comienzo el estrellato señalado de Cristiano, que tras ausentarse de las giras por Tailandia y Australia por “motivos familiares” volvió a enfundarse la camiseta de los ‘Diablos rojos’ por vez primera esta pretemporada.

Una gran parte de la afición del Manchester, que prosigue viendo en Cristiano a un ídolo, coreó cada acción en la que participó el portugués, que salió de comienzo en la punta de ataque mas, demasiado desamparado para percibir el último pase, fue retrasando su situación hasta terminar bajando a percibir balones en el centro del campo.

La mejor ocasión de Cristiano llegó a los once minutos, cuando recibió un balón por la izquierda del holandés Donny van de Beek, empezó la carrera y lanzó un disparo cruzado que se fue desviado por la portería de Stole Dimitrievski.

El Rayo apenas creó riesgo en la primera mitad y su bagaje ofensivo se resumió en el primer minuto del encuentro con un disparo de Álvaro García que despejó a córner Thomas Heaton.

Más cerca estuvo de marcar el Manchester United a los 30 minutos por medio del danés Christian Eriksen, que tras un rebote lanzó un disparo desde la frontal que se fue fuera por el costado derecho de la portería rayista.

El substituto de Cristiano, el marfileño Amad Diallo, apenas tardó 3 minutos tras el reposo en abrir el marcador al aprovechar un mal despeje de Dimitrievski.

La alegría le duró poco al United por el hecho de que apenas 9 minutos después otro mal despeje, en un caso así de Heaton tras disparo de Isi Palazón, dejó a Álvaro García igualar la batalla.

En los minutos finales, con todo por decidir, el partido se abrió y los dos equipos llegaron al área contrincante en busca del segundo gol, mas ninguno de los dos fue capaz de atinar en la portería contraria sin contabilizar excesivas acciones de riesgo.