Russell conquistó Spa-Francorchamps en una carrera memorable que cualquiera pudo ganar, porque había 4 escuderías y seis pilotos a menos de diez segundos del líder, y por el hecho de que Hamilton y Piastri cruzaron bajo la bandera a cuadros en exactamente el mismo segundo que la lengua inglesa.
Fue un enorme premio a cara de perro entre Mercedes, McLaren, Ferrari y Red Bull que remataron los primeros con una doble estrategia óptima : Russell a una parada, Hamilton a 2 , ambos enzarzados hasta la última vuelta. Pero la F1 es un deporte demasiado complejo para resumirlo todo en 44 vueltas de emoción: el Mercedes ‘63′ no pasó las verificaciones de la FIA por el hecho de que no alcanzó el peso mínimo (se quedó 1,5 kilogramos por debajo ) así que fue descalificado a las 18:54 horas. Hamilton hereda la victoria delante de Piastri (2º), Leclerc sube al podio (3º) y Sainz (6º) o Alonso (8º) ganan una posición respecto a lo que sucedió en la pista.
La carrera fue, en cualquier caso , una sublimación de Mercedes cuando se apretó la pelea por la victoria. Russell logró buena la estrategia a una parada, improvisada por la inopinada baja degradación de los Pirelli, igual que Hamilton llegó con opciones de todo hasta el ‘rush’ final y fue, de hecho , quien pareció ganador virtual durante dos tercios del GP de Bélgica. En el final , de hecho , lo gana: Mercedes aceptó el error en el pesaje (796,5 kilos en lugar de 798,0; sin comburente ) y no recurre el castigo. Va a ser su triunfo 105º en la F1, mucho menos sufrido y llorado que el 104º, hace tres semanas en Silverstone. Pero para la estadística sirve igual.
La salida fue fundamental : Leclerc defendió la pole, Hamilton se comió a Pérez antes de llegar a la primera frenada y suprimió a Red Bull. Por detrás, Norris trazó tan por fuera que pisó la grava y obsequió tres posiciones antes de encarar la muy larga subida de Eau Rouge. Parece el villano torpe en la película del Mundial 2024. Sainz era el único con neumáticos duros y la apuesta no salió mal en el momento en que no solo no perdió puestos, sino los ganó. Verstappen avanzaba , pero no asolaba con todo a su paso como en las dos visitas anteriores a Bélgica, en las que siempre y en todo momento aprovecha para cumplir la penalización de cambio de motor. Hamilton adelantó Leclerc en la recta Kemmel una vez pudo abrir el DRS (vuelta 3) y el Ferrari empezó a ver la victoria de lejos. Las primeras paradas no alteraron nada, si acaso que Sainz se quedó fuera intentando de estirar la goma dura hasta que lo de ir a una parada empezó a cobrar sentido.
El segundo ‘stint’ fue de calma tensa, iniciado con Verstappen ya enfrente de Norris tras un ‘undercut’ no defendido por McLaren. Leclerc tomó la iniciativa con una mala segunda parada (3.4 segundos) que no asustó a Mercedes. Hamilton se cubrió con margen de sobra. Piastri retrasó la suya un puñado de vueltas en busca de esa ventaja de gomas en los últimos instantes de la carrera. En ese contexto, Ferrari suprimió de la ecuación a Sainz, que se encontraba delante de Hamilton, porque tras solo siete vueltas con el medio, le ordenaron regresar a parar. Quizás de esta forma no fastidiaba a Lewis y Leclerc. No hay una explicación lógica.
Mercedes sí fue valeroso con la estrategia a una parada. Russell se quedó fuera (había parado antes incluso que Hamilton) con un ritmo bastante digno y haciendo buena una de las famas no reconocidas de Spa: es un templo del automovilismo pero no es nada simple adelantar. Conque Hamilton presionó y presionó, llegó a abrir el DRS en un par de oportunidades , pero no deseó poner bajo riesgo un doblete imperial de Mercedes. Tampoco era una amenaza Piastri, del mismo modo con DRS en la última vuelta, pero lejos. El australiano perdió la victoria cuando casi atropella a un mecánico en su segundo ‘pit-stop’, la parada fue extendida. Y Hamilton se la halló unos cuantos horas después del banderazo a cuadros que vio primero Russell (era su mejor triunfo, lástima). Verstappen (4º) batió a Norris (5º) en su desafío particular y Sainz finalmente fue sexto enfrente de Pérez. Sabe a poco.
Alonso volvió a los puntos con un octavo puesto (noveno en carrera) con una improvisada única parada (y 30 vueltas en sus neumáticos duros) para batir a Ocon (con considerablemente más agilidad punta), Albon y Gasly. Aston Martin sacó la cabeza en un circuito algo mucho más conveniente , y Fernando no vio desde tan lejos todo cuanto sucedía enfrente , por lo menos durante el primer ‘stint’. Si hay promesa o no, se sabrá a lo largo de las próximas carreras. Por ahora , todos se marchan a unas justas vacaciones.