La superioridad de Red Bull respecto al resto de equipos, Ferrari incluido, fue prácticamente insultante. Saliendo en el puesto 14, Verstappen logró no solo remontar, sino más bien lograr con sencillez y solvencia la primera plaza a fin de que ya absolutamente nadie más pudiese arrebatársela. Su vehículo iba considerablemente más veloz que cualquiera de los que estaba en pista. Algo que ya había probado asimismo en la clasificación, donde dio la vuelta más veloz con una distancia abisal con los próximos pilotos.
En Spa en teoría iban a mudar una parte de las reglas del suelo tras el fuerte efecto rebote que padecían muchos pilotos en sus vehículos a lo largo de la primera una parte de la época. Fueron múltiples las voces que afirmaron que los más perjudicados en teoría debían ser Ferrari y Red Bull, que hasta el instante habían sido los más veloces en pista.
Mas la verdad es que los de Christian Horner se amoldaron de manera perfecta al circuito. Para él, fueron las peculiaridades del trazado lo que les asistió a marcar la diferencia a lo largo de todo el fin de semana.
"A primer aspecto, ¡seguramente debería darle las gracias a Toto!", bromeó Horner sobre las quejas de Mercedes por el fuerte efecto rebote que tenían sus vehículos Grandes Premios atrás. "Tenemos un turismo muy eficaz. Hemos encontrado una buenísima puesta a punto y Max ha estado en una forma sensacional desde la primera vuelta", explica.
Si bien el vehículo ha tenido un ritmo mareante a lo largo de todo el fin de semana, no le quiere quitar relevancia a la enorme actuación de su conduzco... y más líder que jamás del Mundial. "Max aún debía abrirse paso entre el pelotón y lo hizo de forma muy eficaz a lo largo de las primeras vueltas", apunta.
Sabe que ha sido una carrera para el recuerdo. Hacía mucho que no se veía una superioridad tan elevada. "El ritmo que tuvimos con Max y Checo fue suficiente a fin de que superara a Carlos y llevase a casa una de las actuaciones más dominantes que hemos tenido como equipo desde 2010 o 2013", acepta Horner'.