Verstappen se hace con la pole en Austria, por delante de Leclerc y Sainz

No le sacaron de quicio los dos parones anteriores, por rutas banderas rojas, ni la amenaza de los Ferrari, a un paso del doblete. Se hizo larga la espera en el garaje, claro, si bien Max Verstappen clavó la vuelta en el Red Bull Ring, para alborozo de miles y miles de compatriotas y el sábado va a partir desde la pole en la carrera al esprint. Su crono (1:04.984) pulió el de Charles Leclerc por solo 29 milésimas, mientras que Carlos Sainz completaba la fotografía del viernes, asimismo en exactamente la misma centésima.

A Fernando Alonso, por el contrario, se le agotó el fuelle en el peor instante, cuando fue superado por Esteban Ocon y los dos Haas. Un bajonazo repentino de desempeño que bien pudo atribuirse al suelo de su Alpine, dañado cuando abordaba su primer intento en la Q3. Esta novena plaza no se corresponde al potencial real del turismo, que desde los libres del mediodía se sentía con ritmo para el top-5.

En Mercedes, además, atisbaban otras metas más ambiciosas, dada la pasmosa progresión de su vehículo y las peculiaridades de esta pista. Con pianos tan perjudiciales, la altura de las suspensiones era mayor para todos, por lo que no quedaría ni indicio del porpoising. Estas previsiones se vinieron al garete con sendos accidentes en la Q3.

Venía Lewis Hamilton de abortar un par de veces su vuelta y esa prisa se le vino de repente encima, con un fallo en los pianos de la curva 6. Sin apoyo, no pudo meter el turismo en vereda y el impacto lateral, tras atravesar la grava, destruyó el turismo contra las protecciones. En la enorme tribuna central, los apasionados neerlandeses celebraban lo sucedido, como presunta contraprestación a tantas ignominias pasadas.

Y aún hubo quien mostró su jubiló con la desgracia del otro Mercedes, el de un desmandado George Russell, inútil de sostener su vehículo en la entrada a la recta de meta. Inmediatamente brincó del cockpit, atravesando el asfalto sin cautela alguna, por lo que los comisarios anotaron el accidente.

Cuando expiró ese segundo periodo de bandera roja, aún quitaban dos minutos y medio en el reloj. Tiempo a fin de que Leclerc y Sainz afilaran el hacha. Verstappen, prácticamente como una rutina, reestableció el orden, con 4 décimas asimismo de margen sobre Sergio Pérez, cuarto. Otra sesión bastante difícil para el mexicano, que lamentó múltiples veces su total ausencia de feeling con los neumáticos.

Va a haber que ver de qué forma administran las gomas en carrera, mas la verdad es que Ferrari tuvo razonamientos para discutir el dominio de Mad Max. Aun amagaron con reservar un juego a lo largo de la Q2, una maniobra de determinado resgo. Leclerc había dominado a placer en los dos últimos ámbitos para un 1:05.287 con el que rasguñaba 8 centésimas a Verstappen y 18 a Hamilton. Mientras que, Sainz debía conformarse con la cuarta plaza.

Empuja con ímpetu el motor de Maranello, por el hecho de que Kevin Magnussen y Mick Schumacher parecían disparos en la Q2. Aun consiguieron intercalarse entre los Alpine, para reeditar el éxito de Silverstone, el pasado domingo, cuando el hijo de El Kaiser logró sus primeros puntos en la F1. A Mick le borraron un par de vueltas, por el hecho de que acá los límites de pista no hacen distingos. De la primera curva, que no supieron negociar Sebastian Vettel y Russell, hasta la última, en cuya trampa cayeron, entre otros muchos, Verstappen y Sainz. No hubo piedad para el líder de Aston Martin, último, ni para Daniel Ricciardo, eliminado de la Q1 por 24 milésimas.

TiroAlpalo