El R. Madrid equilibró la serie de semifinales de la Liga Endesa que le encara con el Joventut Badalona al imponerse en el segundo partido, por 90-73, con una versión solvente que solo languideció en los minutos anteriores al reposo y se reactivó tras exactamente el mismo.
Fue Guerschon Yabusele quien lideró al conjunto blanco en el arranque del choque, anotando los 7 primeros puntos desde la línea de tiros libres, colgándose del aro y acertando desde el perímetro. No hubo contestación del contrincante hasta el último de ellos, rompiendo Vives una ráfaga inicial de 3 minutos y medio sin nada que llevarse a la boca en el apartado ofensivo.
El testigo que dejó Yabusele se lo quedó Nigel Williams-Goss, con dos canastas seguidas que pusieron el 11-2 y forzaron a los visitantes a solicitar el primer tiempo fallecido. Les sentó bien, puesto que trajeron del banquillo un parcial de 0-7 para situarse muy cerca. No obstante fue verles por el retrovisor y regresar a apresurar el R. Madrid gracias al ímpetu de Walter Tavares y otra vez Yabusele, impenitentes en el momento de colgarse del aro (22-14, min.10).
No fue suficiente para gastar la perseverancia de Joel Vid, que inauguró el segundo acto con un triple para lograr los 11 puntos de un total de 17 de su equipo. Desde ahí se sucedieron minutos de ida y vuelta, con fallos recurrentes y alternancia de puntos.
Cuando el anfitrión deseó despertar de ese sopor, el Joventut ya estaba a máximo rendimiento. Un 2-16, esculpido por la inspiración de Andrés Feliz, alteró por completo el panorama y asistió a que el cuadro catalán se fuera con 4 más al reposo (36-40).
El parón encendió al R. Madrid, que ajustó detalles y se impulsó en el trabajo de Hanga para aparecer en escena con un 10-2 que le puso por delante. Reaccionó la 'Penya' a ese impacto y asimismo al siguiente, cuando conminó una vez más el plantel de Chus Mateo con abrir brecha, ayudándose de la incalculable cooperación de Henry Ellerson y sus once puntos seguidos (63-59, min.30).
En un partido tan igualado, preservar las pequeñas rentas era clave. Y en ello se afanó el equipo local en los comienzos del cuarto definitivo, cuando endureció su defensa. Ese detalle le asistió a irse de diez, la dosis de confianza que precisaba para no dejarse asombrar.
El resto fue sostener la intensidad frente a un contrario que no volvió a encontrarse, a pesar de los sacrificios finales de Tomic en la pintura. Siendo así las cosas, el cruce viaja igualado a Badalona, donde los de Carles Durán procurarán conseguir un doble triunfo que les lleve a la final por el título.
El testigo que dejó Yabusele se lo quedó Nigel Williams-Goss, con dos canastas seguidas que pusieron el 11-2 y forzaron a los visitantes a solicitar el primer tiempo fallecido. Les sentó bien, puesto que trajeron del banquillo un parcial de 0-7 para situarse muy cerca. No obstante fue verles por el retrovisor y regresar a apresurar el R. Madrid gracias al ímpetu de Walter Tavares y otra vez Yabusele, impenitentes en el momento de colgarse del aro (22-14, min.10).
No fue suficiente para gastar la perseverancia de Joel Vid, que inauguró el segundo acto con un triple para lograr los 11 puntos de un total de 17 de su equipo. Desde ahí se sucedieron minutos de ida y vuelta, con fallos recurrentes y alternancia de puntos.
Cuando el anfitrión deseó despertar de ese sopor, el Joventut ya estaba a máximo rendimiento. Un 2-16, esculpido por la inspiración de Andrés Feliz, alteró por completo el panorama y asistió a que el cuadro catalán se fuera con 4 más al reposo (36-40).
El parón encendió al R. Madrid, que ajustó detalles y se impulsó en el trabajo de Hanga para aparecer en escena con un 10-2 que le puso por delante. Reaccionó la 'Penya' a ese impacto y asimismo al siguiente, cuando conminó una vez más el plantel de Chus Mateo con abrir brecha, ayudándose de la incalculable cooperación de Henry Ellerson y sus once puntos seguidos (63-59, min.30).
En un partido tan igualado, preservar las pequeñas rentas era clave. Y en ello se afanó el equipo local en los comienzos del cuarto definitivo, cuando endureció su defensa. Ese detalle le asistió a irse de diez, la dosis de confianza que precisaba para no dejarse asombrar.
El resto fue sostener la intensidad frente a un contrario que no volvió a encontrarse, a pesar de los sacrificios finales de Tomic en la pintura. Siendo así las cosas, el cruce viaja igualado a Badalona, donde los de Carles Durán procurarán conseguir un doble triunfo que les lleve a la final por el título.