Debía ser así, con la histórica exhibición de un tipo en un instante de irrefrenable dulzura, como se quebrase este Real Madrid vencedor de la EuroLiga tras 11 victorias sucesivas. El Palacio se rindió a Kyle Guy, un francotirador para enamorarse, 7 triples en la segunda mitad, 30 puntos a fin de que el Joventut no se baje de la nube, la revelación de estos playoffs que birla el factor cancha a los blancos.
Todo empezó en la última jugada de la primera parte. Hasta ese impás, el Madrid, bien fuera Hanga, bien fuera Llull, bien fuera Williams-Goss, había atado en corto a ese escolta mefistofélico que en cuartos había destrozado al Baskonia con 13 triples en dos partidos. Mas, sobre la bocina halló Guy la inspiración y ya no la iba a soltar para desesperación de un contrincante completamente desequilibrado por su amenaza. "Hemos entrado dejar a Guy, ha sido bastante difícil de parar", aceptaba la patentiza Chus Mateo. Su Madrid, sin celo en defensa, más relajado de lo común y en múltiples tramos muy desatinado, se dificulta una serie en la que a priori partía como claro preferido.
No obstante, instalado aún en su mes de mayo mágico, en esa ola que le llevó hasta la conquista de Europa en Kaunas, el Madrid amanecido poderoso (13-3), con las rutinas que le transforman en una trituradora de contrincantes. Mas, tal y como si el fin de semana de ocio le hubiese cortado el ritmo, los de Mateo se hallaron de súbito a un Joventut contestón, que sabía subsistir a pesar del poco acierto en esos amaneceres de Kyle Guy, su faro ofensivo.
Así que, upados por Tomic y con 5 triples en el segundo acto, los visitantes confirmaron su rebelión en estos playoffs en los que se han quitado todos y cada uno de los complejos de una temporada en la que alcanzaron las semifinales coperas y las de la Eurocup, un club poco a poco más cerca de reconciliarse con su lustrosa historia. Fue exactamente una genialidad de Guy sobre la bocina, su primer triple de la noche, el que despidió la primera parte con ventaja verdinegra (39-42). El Madrid había naufragado desde el perímetro (3 de 17).
Y a la vuelta, prosiguió la tormenta, pues Guy estaba ya on fire, 4 triples de carrerilla, más otro inusual de Tomic, más los puntos de Joel Vid... Una celebración, la Penya, sobrevolando el WiZink (47-59), 'obLigando' al Madrid a la heroica.
Que no iba a marchar esta vez, a pesar de que al principio del acto terminante pareciese que entre Hezonja, el Chacho y Musa tocaban a refuto. Ahí la clave fueron los puntos de puro talento de Andrés Feliz, en un Joventut que había perdido a Vid por un codazo involuntario de su compañero Ellenson que le dejó el ojo destrozado.
Un canastón del base portorriqueño a falta de menos de 3 minutos hizo soñar claramente a la Penya, que en la recta de meta halló nuevamente al pistolero Guy para llenar su 'master class' en el WiZink. 8 triples, 5 asistencias, 30 puntos, un escándalo. De nada sirvió la estruendosa actuación de Tavares enfrente.