El Real Madrid arrancó el mes de febrero y la doble jornada de la Euroliga de esta semana con su decimoquinta victoria en la competición, que le deja seguir en lo alto de la tabla empatado a triunfos con el Olympiacos. Nuestro equipo derrotó al Panathinaikos en el WiZink Center en otro gran partido a nivel global y, como sucediese el último día de la semana pasado en Manresa, lo dejó dirigido con una enorme primera parte (48-30) para entonces administrar con firmeza la renta en la segunda frente a la mejora visitante. Yabusele (16 puntos, 7 rebotes y 21 de valoración), Musa (12 y 16) y Hezonja (14 y 12), fueron los referentes del equipo, que volvió a enseñar un nivel protector altísimo.
Chus Mateo solicitaba en la anterior concentración de salida y el equipo le tomó la palabra con una buenísima escenificación y un enorme equilibrio entre el ataque y la defensa (23-9, min.8). Impuso de comienzo su físico con un quinteto de músculo. Tapó a Bacon, máximo anotador de la Euroliga, y controló el rebote a través de la pareja Tavares-Yabusele. El francés estuvo irrefrenable cerca del aro en los primeros minutos (8 puntos y 3 rebotes) y los nuestros castigaron a los helenos al contraataque. Musa fue el otro pilar ofensivo en un primer cuarto que dominamos con claridad (26-14).
Un Madrid sin grietas
La baja de Poirier forzó Tavares a multiplicarse atrás. Su presencia condicionaba completamente el juego de los atenienses. Sin él y con Papagiannis en pista, los atenienses mejoraron en el rebote ofensivo y en el triple, y eso le dejó no descolgarse (33-25, min.14). Mas la vuelta de Tavares devolvió a la Realidad al Panathinaikos. El Madrid, muy centrado y sin hacer concesiones (solo 3 pérdidas en la primera parte) puso el modo perfecto solidario en ataque, con Rudy y Deck asumiendo el estrellato, y recobró el control del rebote en su aro. Se tradujo en un 15-2 de parcial para sacudir el encuentro con un 48-27 un minuto ya antes del reposo.
Panathinaikos entró en la segunda parte con más energía. Lee, Grigonis y Gudaitis tiraron de los suyos. El Madrid respondía haciendo gala de su profundidad de plantilla. Eran Williams-Goss y Causeur los que se ocupaban de sostener la cómoda renta, que en el 26´ proseguía en 21 puntos (60-39). Mas los visitantes dieron un arreón en los próximos minutos y cobraron confianza hasta rebajar la diferencia al 68-57 en el final del tercer cuarto.
El Madrid, que no estaba anotando con tanta fluidez como en el comienzo y no conseguía cerrar el partido, se reactivó atrás en el último cuarto. Probó que es la mejor defensa de la Euroliga y redujo drásticamente la producción del Panathinaikos, que se quedó en la aportación de Lee. Yabusele se hizo dueño de la pintura y el resto de sus compañeros en pista sumaron canastas esenciales. Musa, Llull, Hezonja y Cornelie. Este último, con un triple, puso un +15 a favor nuestro que terminó con el empuje heleno (83-68, min.40). En menos de 48 horas, exigente salida a Mónaco.
Un Madrid sin grietas
La baja de Poirier forzó Tavares a multiplicarse atrás. Su presencia condicionaba completamente el juego de los atenienses. Sin él y con Papagiannis en pista, los atenienses mejoraron en el rebote ofensivo y en el triple, y eso le dejó no descolgarse (33-25, min.14). Mas la vuelta de Tavares devolvió a la Realidad al Panathinaikos. El Madrid, muy centrado y sin hacer concesiones (solo 3 pérdidas en la primera parte) puso el modo perfecto solidario en ataque, con Rudy y Deck asumiendo el estrellato, y recobró el control del rebote en su aro. Se tradujo en un 15-2 de parcial para sacudir el encuentro con un 48-27 un minuto ya antes del reposo.
Panathinaikos entró en la segunda parte con más energía. Lee, Grigonis y Gudaitis tiraron de los suyos. El Madrid respondía haciendo gala de su profundidad de plantilla. Eran Williams-Goss y Causeur los que se ocupaban de sostener la cómoda renta, que en el 26´ proseguía en 21 puntos (60-39). Mas los visitantes dieron un arreón en los próximos minutos y cobraron confianza hasta rebajar la diferencia al 68-57 en el final del tercer cuarto.
El Madrid, que no estaba anotando con tanta fluidez como en el comienzo y no conseguía cerrar el partido, se reactivó atrás en el último cuarto. Probó que es la mejor defensa de la Euroliga y redujo drásticamente la producción del Panathinaikos, que se quedó en la aportación de Lee. Yabusele se hizo dueño de la pintura y el resto de sus compañeros en pista sumaron canastas esenciales. Musa, Llull, Hezonja y Cornelie. Este último, con un triple, puso un +15 a favor nuestro que terminó con el empuje heleno (83-68, min.40). En menos de 48 horas, exigente salida a Mónaco.