El Barcelona se rencontró con el Barcelona. Tras batir récord de tantos en la fase de conjuntos de la Champions (29) y con la garganta llena de dianas en la Liga F (99 en 23 partidos), el Barça padeció para vencer a la Roma en la ida (0-1). Las blaugrana deseaban revancha y para eso hay pocos lugares mejores que el Camp Nou, con 54.667 apasionados en las gradas (tercer mejor registro de la competición).
Las muchachas de Jonatan Giráldez sacaron a caminar su pedigrí en la Liga de Campeones y, desde una enorme Mapi León, barrieron a la Roma para sellar su pase a las semifinales por sexta vez en su historia, quinta sucesiva.
Un tanto irreverente, muy atractiva, Mapi León es sobre todo una defensa imperial; en su área, claro, mas asimismo en la del contrincante. Enfrentada a la federación, la blaugrana probablemente se deberá olvidar de la selección. No le importa. Va a poder, eso sí, proseguir recogiendo premios, como en la última gala de la FIFA cuando fue escogida en el once ideal de The Best. Tampoco le importa demasiado. A Mapi León le resulta interesante el Barcelona, el equipo más poderoso de España que busca recobrar su cetro en Europa.
Mas primero el Barcelona precisaba recobrar la autoestima. Las blaugrana habían pasado las de Caín en el Olímpico la semana pasada para superar al cuadro italiano, líder en la Serie A, aún lejos, en todo caso, de las potencias europeas. En la ida, al Barça le bastó con un buen gol de Paralluelo, mas fundamentalmente con las manos de Sandra Paños. La portera blaugrana volvió a aparecer la tarde del miércoles en el Camp Nou. Fue, de entrada, para recortar un contra de la Roma. Y, desde ese momento, paz en el área blaugrana. El estruendos estaba en las alas del Barça y en la bota izquierda de Mapi León.
Mientras que Graham Hansen atacaba y atacaba por la banda derecha, la izquierda se la repartían entre Paralluelo y Rolfö. Justamente la sueca despertó el marcador tras pescar un rebote en el área en una jugada que había comenzado Mapi León. Mas la central del Barça deseaba más. Precisaban las blaugranas borrar las dudas del partido de ida. Y, en cuánto Mapi halló su instante, atacó. A 25 metros de la portería, la central armó un latigazo fulminante que dejó clavada a Ceasar. Al Barcelona, entonces, se le difuminó la ansiedad. Malas noticias para la Roma. Las blaugrana mostraron el diente y los tantos cayeron en la Champions como caen en la Liga F. Rolfö (nuevamente), Oshoala y Guijarro cerraron la goleada de Barcelona. Sertutini descontó para la Roma, en una acción en la que Paños no pudo decir ni pío. Qué más daba, su trabajo ya lo había hecho en el Olímpico. En el Camp Nou, los focos ya los había comprado Mapi León. Una vez más.
Un tanto irreverente, muy atractiva, Mapi León es sobre todo una defensa imperial; en su área, claro, mas asimismo en la del contrincante. Enfrentada a la federación, la blaugrana probablemente se deberá olvidar de la selección. No le importa. Va a poder, eso sí, proseguir recogiendo premios, como en la última gala de la FIFA cuando fue escogida en el once ideal de The Best. Tampoco le importa demasiado. A Mapi León le resulta interesante el Barcelona, el equipo más poderoso de España que busca recobrar su cetro en Europa.
Mas primero el Barcelona precisaba recobrar la autoestima. Las blaugrana habían pasado las de Caín en el Olímpico la semana pasada para superar al cuadro italiano, líder en la Serie A, aún lejos, en todo caso, de las potencias europeas. En la ida, al Barça le bastó con un buen gol de Paralluelo, mas fundamentalmente con las manos de Sandra Paños. La portera blaugrana volvió a aparecer la tarde del miércoles en el Camp Nou. Fue, de entrada, para recortar un contra de la Roma. Y, desde ese momento, paz en el área blaugrana. El estruendos estaba en las alas del Barça y en la bota izquierda de Mapi León.
Mientras que Graham Hansen atacaba y atacaba por la banda derecha, la izquierda se la repartían entre Paralluelo y Rolfö. Justamente la sueca despertó el marcador tras pescar un rebote en el área en una jugada que había comenzado Mapi León. Mas la central del Barça deseaba más. Precisaban las blaugranas borrar las dudas del partido de ida. Y, en cuánto Mapi halló su instante, atacó. A 25 metros de la portería, la central armó un latigazo fulminante que dejó clavada a Ceasar. Al Barcelona, entonces, se le difuminó la ansiedad. Malas noticias para la Roma. Las blaugrana mostraron el diente y los tantos cayeron en la Champions como caen en la Liga F. Rolfö (nuevamente), Oshoala y Guijarro cerraron la goleada de Barcelona. Sertutini descontó para la Roma, en una acción en la que Paños no pudo decir ni pío. Qué más daba, su trabajo ya lo había hecho en el Olímpico. En el Camp Nou, los focos ya los había comprado Mapi León. Una vez más.