El fútbol es mágico y obsequia momentos novelescos como el del último día de agosto de un 2024 que para el Málaga es un eterno sueño de verano. Logró a la tercera su primer triunfo, frente a un Albacete que todavía se pregunta cómo es posible que se le escapara vivo el grupo malacitano. La Rosaleda marca la diferencia, aprieta y acompaña, balancea al equipo y flagela al árbitro. Quizás tuvo que ver en que acabara visitando el VAR para ese penalti final que Antoñito Cordero convirtió en el 2-1. El Málaga, no lo olviden, estuvo con diez desde el 40’.
No se rinde ni se arrodilla frente absolutamente nadie el Málaga, incluso cuando la lógica te invita a meditar que lo más sensato es apostar contra él. Ganó a un buen equipo , que tuvo a uno más a lo largo de una hora de juego contando los añadidos. Que desperdició un penalti y que no halló la vena donde desangrar al rival. Cuidado con el Málaga, como precaución se debe tener con los conjuntos que se cocinan a partir de cicatrices.
Ante un Albacete que luce por su buen desempeño en las transiciones ofensivas -manual del malagueño Alberto González-, sorprendió que Sergio Pellicer renunciase al pivote defensivo y apostase por una suerte de 4-3-3 con Manu Molina, Dani Lorenzo y Luca Sangalli como principal novedad.
Fue precisamente así como consiguió batir el cuadro manchego a Alfonso Herrero. Un balón atrás que se quedó algo corto, un despeje del portero que fue recuperado de forma fulgurante y conducido asimismo al área de manera exprés, un exceso de jugadores del Málaga más allá que acá. Acabó Nudo , un viejo anhelo blanquiazul.
El Málaga, lejos de amilanarse, anuló próximamente el gol albaceteño. Un balón llovido del cielo que Cordero devolvió en la dirección idónea , un torpe ademán de Ros y la agilidad de Dioni, que ejecutó con la derecha tras una buena conducción. El radical y el delantero eran dos de los toques de autor que Pellicer le dio al equipo inicial.
Hubo momentos de ritmo y de elecciones para los dos , que se miraron a los ojos durante parte importante de la primera mitad. Pasada la media hora Larrubia intervino en un par de acciones que anduvieron cerca de convertirse en oro. Una en una contra de la mano de Dani Lorenzo y un disparo del 10 que rechazó Lizoain. Luego , un balón filtrado a Dioni que el meta alcanzó también.
Instantes después Álex Pastor realizó una entrada desmedida que le costó la roja de manera automática. El colegiado, exactamente el mismo de la ida frente al Nàstic, no titubeó. El Málaga, lejos de achantarse, tiró de casta y arrinconó al Albacete con tres acciones en las que siempre y en todo momento apareció un Cordero extramotivado después de la tensión que provocó su viable salida al Barcelona en las últimas horas de mercado.
Pellicer, había retirado a Dani Lorenzo, que aunque era de los mucho más destacados andaba amonestado , para blindarse con Einar Galilea. diez hombres sobre el césped, todos estaban en Primera RFEF. No debía agradar mucho lo que veía a González, que regresó de la caseta con un triple cambio.
Javi Rueda, otro malagueño que hace nada era rival con el Celta Fortuna, sacó un penalti claro a Einar Galilea. Quiles fue a marcarse un Panenka y se encontró con un Alfonso Herrero que no se venció y se quedó el balón (50’). Ahí renació el Málaga, que zarandeó en el transcurso de un rato al contrincante a lomos de una Rosaleda colosal.
A la hora de partido Pellicer preparaba un triple cambio para proceder a por el partido. Luismi, Castel y Yanis. Pero justo ahí se lesionó Víctor García y debió dejar el cambio de Rahmani para otro instante e incluir en el abanico a Dani Sánchez.
De a poco el Albacete se rehizo y disfrutó de varias ocasiones claras de gol, alguna abortada por el portero. No obstante , la resistencia del Málaga halló su premio. Pellicer tuvo que poner a Jokin por un Puga extenuado. El vasco se internó por el costado y recortó a Juan María cayendo al piso.
Demandó con vehemencia, pero el partido siguió con el estadio enfurecido contra el colegiado, que acabó yendo a revisar la acción en el VAR. Penalti. Se lo solicitó Cordero. Los heterodoxos no habrían dejado tirar al benjamín, pero el jerezano no es cualquier futbolista. 2-1 y primer triunfo. Este Málaga está hecho de otra pasta.