Una maniobra excepcional de Gabriel Martinelli, que acabó con un gol de Randy Nketiah, y un golazo de Bukayo Saka, concentrados en apenas 9 minutos, le bastaron al Arsenal para contestar al pulso reiniciado el viernes por el Manchester City en la Premier League, con considerablemente más dominio que tantos y ocasiones, con un sufrimiento final inopinado y con el incidente de la lesión de Jurrien Timber.

Dos fogonazos incontrovertibles cuando el Nottingham Forest aún lamentaba la ocasión fallada por Brennan Johnson, que resolvió fatal su duelo individual contra Aaron Ramsdale con 0-0 en el minuto 11, entre el monólogo que sufrió el conjunto londinense, a esas alturas con promedios del 87 por ciento de posesión local, con toda la acción en campo contrario, con solo 13 pases conectados de los visitantes...

La apuesta protectora del Forest funcionó un rato. No descubrió las vías cara su portería, cerradas una y otra vez a ojos del subcampeón de la pasada temporada. Mas no fue suficiente. Prácticamente jamás lo es contra este Arsenal, un equipo que dispone de tanto talento, desborde y movilidad de medio campo cara adelante que una jugada lo cambia todo.

Tras Nketiah, el punta de referencia este sábado, sin Gabriel Jesús, aparecieron Havertz, Odegaard, Saka y Gabriel Martinelli, además de Declan Rice (otro interior más cuando Thomas pasaba de su situación protectora de lateral derecho a su plaza ofensiva de medio centro, en dependencia del instante del juego). Una compilación de recursos irrefrenables.

Su eficiencia hizo el resto. No había tirado a portería por el minuto 23, hasta el momento en que Martinelli se ideó una ocasión. Por atrevimiento, por calidad, por determinación y por agilidad. Su ocurrente ruleta por la izquierda reventó a la defensa visitante, descompuesta cuando asistió de tacón a Randy Nketiah. Su tiro en el área batió a Turner. Una reivindicación.

Tampoco precisó considerablemente más Saka por el otro lado. Un golazo. Su rosca con la zurda para el 2-0, excedida la media hora, tras dos toques con la izquierda cara el medio, noqueó ya claramente al Forest, que aceptó la realidad con incredulidad. Más por la tremenda eficiencia del Arsenal que por otra circunstancia, por el hecho de que el equipo londinense era mejor en todo, mas, bien es cierto, no había creado más que un par de ocasiones... Y dos tantos.

Desarmado el Forest, cuyo plan entonces solo era protector (fue diferente desde el minuto 80 de ahora en adelante, cuando entró Anthony Elanga), nada alteró hasta el tramo final al equipo de Mikel Arteta, asimismo afinado en la restauración del balón, con Declan Rice al mando en el centro del campo, con Martinelli asimismo entregado y sacrificado cuando tocaba correr cara atrás y con todo controlado sobre el terreno, igual que en el marcador, menos la lesión de Timber.

En los primeros instantes del segundo tiempo, cuando recibió un pase cara atrás, el defensa holandés se quedó parado, se echó la mano a la rodilla derecha y se tiró al suelo. El juego se detuvo y Mikel Arteta llamó inmediatamente a Tomiyasu, mientras que el lateral era atendido sobre exactamente el mismo terreno de juego, que abandonó por su pie. Las pruebas médicas determinarán el alcance de la enfermedad del fichaje 'gunner'. Costó 40 millones.

El único incidente hasta ese momento de un partido que aparentaba resuelto. Prosiguió al ritmo del Arsenal, con una sensacional parada de Turner, que entre él y el poste repelieron el intento desde fuera del área de Rice. Después voló el portero a otro remate.

Y, de súbito, el equipo de Arteta vaciló como jamás habría imaginado, cuando concedió un contragolpe que lo pone en patentiza, desbordado por la carrera de Anthony Elanga.

Fichado al Manchester United, suplente en la escenificación, su entrada en el minuto 80 revolucionó el choque. Dos minutos después, su carrera inaccesible desde su campo, al contraataque, fomentó el 2-1 anotado por Awoniyi, asimismo surgido desde el banquillo, para trasmitir unos aprietos imprevisibles al Arsenal, que retuvo la victoria.