El Sevilla pasó sin brillo, mas recobrando una parte de toda la autoestima perdida, a los octavos de la Copa del Rey. Lo hizo merced a los tantos de dos de sus defensores, como Marcao y Juanlu, en un partido que se les puso muy de cara y que de no se por la expulsión del local Manzanara, podría haber significado un nuevo desastre en una temporada llena de malos instantes.
Con uno más, el lateral canterano remató en el área un balón suelto para besar el escudo y llevar al equipo de su corazón a la próxima ronda. Con sufrimiento, como siempre y en toda circunstancia. El Racing de Ferrol perdió su condición de invicto en casa tras un año. A Malata proseguirá siendo un fortín, por lo complicado que se lo puso a los andaluces. Muchas protestas con el agremiado, un Cuadra Fernández que no vaciló en la jugada clave de la tarde.
Charlaba Quique Sánchez Flores de lo bastante difícil que es revertir una activa negativa, por más que se cambie de competición. Siempre y en toda circunstancia se pone el ejemplo del Sevilla el año pasado en la Europa League, si bien su ascenso cara el título estuvo marcada por su mejora incuestionable en Liga, amarrando la salvación en unas poquitas semanas. Precisamente por eso, mudar a un equipo que frente al Athletic en Liga pareciese que no era capaz ni tan siquiera de competir resulta prácticamente imposible. Y más frente a un contrincante que no se tomaba el duelo como un partido más festivo, sino más bien siendo conscientes de sus opciones de meterse en la próxima ronda. El Racing empezaba apretando arriba, mientras que los andaluces obsequiaron múltiples balones con despejes o pases indignos de su nivel. No obstante, con cada llegada o córner (sin excesivo riesgo) de los sevillistas, los gallegos daban un pequeño paso atrás. Olvidando una presión marca de la casa, debido a que Sergio Ramos y Marcao no tenían inconvenientes en conectar con dos mediocentros de buen pie. Esto permitió que el Sevilla se fuera animando. El Racing de Ferrol se limitaba a salir en velocidad por la banda izquierda, buscando a Sabin Merino en largo. Un hurto del delantero pudo provocar la mejor ocasión de lo locales en el primer periodo. Tras irse de Ramos y Marcao, Sow se la quitó cuando enfrentaba a Dmitrovic.
Fue el único susto real para el Sevilla. El dominio se traducía en remates lejanos y abundantes saques de esquina. En uno de ellos, probablemente con una jugada antecedida de fuera de juego (no hay VAR), Kike Salas tocaba entre una nube de jugadores, a fin de que Marcao se encontrara con la pelota botando en frente de la portería. Gol del brasileiro con la izquierda y dedicatoria singular a su padre, recién fallecido y por el que sus compañeros portaban un brazalete negro en el brazo. Se le veían los ojos llorosos en su celebración. No asimiló bien el golpe el conjunto de Cristóbal. Pérdida cerca de su portería, pase de Pedrosa a un Ocampos que entraba solo y latigazo al travesaño del argentino. Pudo acotar el codo con codo con más técnica, mas se decidió por la fuerza. Perdía el Sevilla la ocasión de encauzar el choque. Quedaba una segunda mitad.
No tardaría el Racing de Ferrol en probar que en la primera parte se había visto superado por las circunstancias. Presión arriba y apretar la salida de un Sevilla que cuando se siente incómodo tiene muchos fallos. Y en el primer córner, para adentro. Manzanara cabeceó libre de marca en el segundo palo, distrayendo un contrincante la posible estirada de Dmitrovic, quien no estuvo nada atinado. Un empate que daba emoción al choque. En verdad, los locales apretaban y hacían daño con sus entradas por banda, contra un contrincante que no asimila bien los golpes.
Cristóbal cara hasta 4 sustituciones, por ninguna de Quique. A Iker Losada se le fue larguísimo un control cuando podía quedarse codo con codo con Dmitrovic. No obstante, dos cartulinas en diez minutos sobre Manzanara, el creador del empate, dejó a los gallegos con unos menos a una cuarta parte de hora del final. Esto volcaba lo que debía suceder. En exactamente la misma falta lateral de la expulsión, Kike Salas estrellaba su cabezazo en el travesaño. El segundo del Sevilla en el encuentro. Debía irse arriba con uno más el equipo de Quique para eludir la prórroga. No iba a ser precisa. Un gol de Juanlu a falta de 3 minutos, en un centro de Suso desde la izquierda sin que absolutamente nadie rematase de cabeza, le iba a dar al Sevilla el pase. Se besaba el escudo. Fundamental.
Quedaba aún un descuento largo para procurar la machada el Racing, tratando de igualar un partido en el que ya llevaba unos minutos con uno menos. El Sevilla supo soportar y romper una ráfaga de más de 12 meses del equipo gallego sin caer en su estadio. Lo ha hecho frente al conjunto de Nervión. Ahora le va a tocar centrarse en continuar haciendo historia en la Liga Hypermotion. En el Sevilla, un primer paso para la restauración. Un pequeño peldaño, mas que hoy día sirve de mucho.