Tenis

El tenista noruego se quedó con el enfrentamiento escandinavo frente al danés Holger Rune en 4 parciales (6-1, 4-6, 7-6(2)), 6-3) en su duelo por los cuartos de Roland Garros. Ruud se va a cruzar con Marin Cilic por el pase a la final en la ciudad de París. Gran duelo escandinavo para dos jugadores que llegaban por vez primera a unos cuartos en Grand Slam. Casper Ruud venía como preferido en este partido y asimismo para ser finalista por la parte baja del cuadro, como octavo cabeza de serie. El noruego traía un enorme ritmo de las rondas precedentes, donde tuvo bastantes pasajes de sufrimiento, sobre todo ante Sonego en tercera y ante Hurkacz en octavos.

Son ya 110 victorias y 13 títulos en este circuito donde luce su efigie, mas, sin ni muchísimo menos desmerecer actuaciones deslumbrantes, que las hubo y muchas, resulta bastante difícil dar ahora con una exhibición como la protagonizada el día de ayer por Rafael Nadal a lo largo de las dos primeras horas de su partido ante Novak Djokovic, el número 1 del planeta y el jugador que le persigue en la emocionante carrera por acabar con mayor número de cimas coronadas.

Acaba la historia con la Philippe Chatrier en pie, brindando una sentida ovación a los dos y con una confesión escatológica: “Me he cagado en los pantalones”. Habla y suspira de alivio Alexander Zverev, que departe aún con la adrenalina en el cuerpo tras un fantástico tú a tú con Carlos Alcaraz. Se despide el de España de París en los cuartos (6-4, 6-4, 4-6 y 7-6(7), mas lo hace metiéndose al grande francés en el bolsillo. Hay Carlitos para rato, piensan los parisinos.

La parte baja del cuadro masculino de Roland Garros 2022 es tierra de ocasiones. Hay un hombre que lo sabe, que yacía en las tinieblas mas se destapó en la noche parisina para poner en alerta al resto de contrincantes. Hacía bastante tiempo que no veíamos a Marin Cilic bordar el Tenis de la forma en la que lo hizo hoy, pulverizando cada derecha, conectando buenos servicios y aplicando un Tenis de pista dura en la arcilla del Bois de Boulogne. Daniil Medvedev fue la víctima del balcánico, inútil de dominar con su servicio y continuamente a remolque en los intercambios de fondo.